Capítulo 35
“El repollo también es delicioso, crujiente y dulce. Señorita, deberías probarlo cuando tengas tiempo. Además, señorita, es importante que desarrolles buenos hábitos de vida, mantén una rutina regular y no te desveles tanto.” Marcos sabía que Elisa estudiaba diseño y a menudo se quedaba trabajando hasta tarde en sus bocetos, por eso se lo recordó.
Elisa se sorprendió por la atención de Marcos y dijo con una sonrisa, “No me imaginé que alguien con un aspecto tan duro como el tuyo tendría un corazón tan detallista, tu novia debe sentirse muy afortunada al estar contigo, ¿verdad?”
“Señorita, no se burle de mí, estoy soltero.”
“¿Ah? ¿Soltero? Pero si eres un hombre atractivo, mides más de un metro ochenta y además eres el asistente del presidente, por lo que tu salario debe ser alto, ¿cómo es posible que no tengas novia?”
Marcos quería decir que trabajando con el Sr. Fierro no tenía tiempo ni para descansar, que siempre estaba de guardia las 24 horas del día, que era imposible tener tiempo para
una novia.
Pero antes de que pudiera expresarlo, Benjamín lo miró fríamente y lo llamó: “¡Marcos!”
Marcos se volvió, “Sr. Fierro, a sus órdenes.”
El hombre en el asiento trasero los miraba a ambos con un semblante desagradable, “Cállense, necesito descansar.”
“¡Sí!” Marcos no se atrevió a seguir hablando.
Benjamín cerró los ojos.
Elisa pensó que él era un hombre extraño y no pudo evitar murmurar, “Trabajar para ti debe ser agotador y ni siquiera se puede charlar en el trabajo. ¡Eres un auténtico tirano!” De repente, Benjamín abrió los ojos y la miró fríamente, “¿Quién te dio permiso para hablar de temas tan insustanciales?”
“¿Cómo que insustanciales?”
“Siempre estás indagando en la vida privada de los demás con tus palabras, ¿no te parece una falta de respeto por tu parte?” Benjamín bufó
Elisa abrió la boca, “Solo estaba charlando, ¿sabes?”
Marcos quería pedirles que dejaran de discutir, no se sentía ofendido, pero bajo la fría
Ella esperó pacientemente a que él se lo pusiera.
Benjamín sacó el collar de diamantes y sus manos largas se deslizaron por su cuello, emanando un calor que se sentía como una corriente eléctrica, chisporroteando en su corazón.
Elisa se sintió incómoda y se retorció las manos, “¿Ya está?”
Capitulo 35
mirada del Sr. Fierro, no se atrevió a hablar.
Benjamin soltó un bufito, “¿Charlar es preguntar constantemente cuánto ganan los
demás o sí están emparejados? ¿Y encima halagar su atención al detalle? Eso suena a comentario malicioso.”
¿El también conocía esa expresión?
Elisa rio con desdén, “Si hablamos de malicia, nadie puede competir con esa mujer que tienes a tu lado.”
Desde que la vio actuar anoche, Elisa no tenía una buena impresión de ella.
“¿Qué está sucediendo? ¿Acaso estás celosa?‘ Benjamín la miró.
Elisa soltó una risa sarcástica, “Piensas demasiado, qué vanidoso.”
La cara de Benjamín se endureció, y no dijo más.
El ambiente se volvió tenso una vez más.
Marcos suspiró interiormente; había intentado iniciar una conversación para aliviar la tensión entre el presidente y la señorita, pero solo había empeorado las cosas.
Con el corazón apesadumbrado, siguió conduciendo.
Media hora más tarde, el Cullinan entró en la antigua mansión de la familia Fierro.
Elisa abrió la puerta del coche para bajar, pero Benjamín la agarró, ella no estaba preparada y cayó hacia atrás, golpeándose contra el pecho firme de Benjamín.
Elisa sintió un dolor en la punta de su nariz y se la tocó, “Benjamín, ¿qué estás haciendo?”
Ella estaba claramente molesta.
“Espera.” Benjamín sacó una caja del asiento trasero, la abrió y dentro había un deslumbrante collar de diamantes rosados.
Como diseñadora, Elisa reconoció de inmediato que era de gran valor, “¿Para qué me
das esto?”
“Como la futura esposa del presidente del Grupo Futuro Victorioso, debes vestirte de manera elegante para la cena familiar, de lo contrario, pensarán que te maltrato.” Benjamin bufó
Elisa se quedó sin palabras.
Así que era por eso, para mantener la imagen del presidente.
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