Capítulo 2729
Acase no conflas en mi? Tienes que considerar bien las cosas. Si hubiera sido otra persona, ¿podrias haberte casado con Luben tan fácilmente?”
Virginia se recostó en su silla con las piemas cruzadas, con un aire de arrogancia
Anahi entendió la situación. Para casarse con Luben, necesitaba que Virginia le susurrara al oido a Bruno. Parecia que no tenia otra opción más que contarle.
“La verdad es que una vez escuché per casualidad en la puerta de la oficina de papá que al parecer la familia Pantoja le debia un favor a la familia Lández
Cuando el abuelo de Bruno falleció, su padre vino a visitarlo y le prometió a papá que él y sus descendientes podrían pedirle un favor a la familia Pantoja sin condiciones.”
Virginia abrió los ojos de par en par, “Eres muy astuta, muchacha! ¡Lograste escuchar sus secretos!
Parece que ya to has asegurado ser la esposa del Sr. Pantoja, eso está en tu destinol
Aloira Virginia decir eso, Anahi no pudo contener su alegria, Verdad? Asi que te digo que no tienes por qué preocuparte mamá. Solo tienes que hablar con papă. La familia Pantoja da mucha importancia a su palabra. Con solo mencionarlo, Luben tendrá que casarse conmigo quiera o no!”
*Si el Sr. Pantoja se entera de que su esposa será mi bellisima hija, no sé cuán feliz se pondrá
¡Y ni siquiera necesitamos que ellos nos lo pidan, podemos solicitario!
No te preocupes, me encargard de todo para que puedas comprometerte con el Sr. Pantoja de manera espléndida.”
Ay
Eloisa escuchó como los pasos de Virginia se acercaban cada vez más y se alejó siglosamente. Esperó a que la figura de Virginis desapareciera en el fondo del pasillo antes de seguir hacia el estudio de su padre.
Si madre e hija estaban tan empeñadas en que Anahi se casara con Luben, entonces ella haria todo lo contrario. Estaba decidida a interferir. Desde hoy, Eloisa estaba resuelta a luchar contra ambas hasta el final
Incluso si eso significaba perturbar la paz de la familia Lández, desde el dia en que Virginia traje a Anahi a la familia, ya le debian a Eloisa,
Después de tantos años de tragar sapos sin quejarse, había llegado el momento de saldar cuentas.
Tenía que hacerle entender a Virginia que todo acto tiene su precio
“Bruno, ese dia que nos visitaron tantos jovenes ricos, alguno te agradá?”
Virginia mostraba un interés fingido en el matrimonio de Eloisa, cuando en realidad preferiria que se casara con un inútil.
Bruno dejó los documentos a un lado con un gesto de dolor de cabeza. Justo cuando iba a masajearse la frente, Virginia ya estaba masajeándole la cabeza con familiaridad.
Él le dio una palmadita agradecida en la mano, “Después de tantos años, tus masajes solo mejoran. Tenerte a mi lado hace que mi trabajo no sea tan tedioso” Virginia rio suavemente, “Hemos sido esposos por más de una década, ¿cómo no voy a conocerte?
Cada vez que frunces el ceño es porque te duele la cabeza: Dime, ninguno de esos jóvenes te pareció adecuado?
“No es que no me parecieran adecuados. Es solo que Loisita es mi hija, ¿y cómo no voy a conocer la indole de esos jóvenes ricas?
Por fuera parecen respetables, pero quién sabe a qué juegos sucios se dedican en las sombras ¿Cómo podia permitime dar mi hija en matrimonio a esos tipos?” “No hay nadie que te interese?
Bruno, no es que te esté presionando, pero nuestra Loisita ya tiene velote años. Mire a la señorita de la familia Vivez, a su edad ya estaba comprometida y con su futuro asegurado.”
